"Nunca persequí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón." Fragmento del poema Caminante no hay camino, de Antonio Machado

domingo, 9 de mayo de 2010

El tapeo

La cultura del tapeo merece especial mención porque al volver a casa es una de las cosas que siempre se echan de menos. Cabe destacar que hablamos de las tapas que no representan un coste económico extra para el consumidor, sino que vienen incluídas en la bebida. Podemos encontrar tapas en prácticamente cualquier bar de todo el territorio español, pero no en todos nos la ofrecerán gratuitamente como complemento para nuestra consumición líquida.

Se dice que este pequeño tentempié recibe el nombre de "tapa" en referencia al trozo de pan que en las tabernas y mesones se colocaba encima de las copas de vino para evitar que dentro cayeran polvo o insectos. Muchos apuntan a que este es el origen etimológico de la "tapa" aunque en Wikipedia existen muchas versiones tanto para el origen de la palabra como de la costumbre. El cocinero Borja Blázquez también habla de esta costumbre en su web y ofrece las recetas de algunas tapas elaboradas.

El tapeo no es excesivamente habitual en Cataluña, dónde en muchos bares la tapa gratuita aparece según el humor que tenga el dueño o el grado de confianza que se tenga con él. El tapeo del que hablamos, en cambio, es muy habitual en otras regiones de España, como Andalucía o la provincia de Salamanca. Aún así, tanto la forma de dar a conocer las tapas como la atención al cliente cambian considerablemente de un lugar a otro.

Una rebanada de pan y un trocito de jamón son el complemento perfecto -y barato- para una copa de vino. Foto BORJACOCINERO.COM

Siempre ha sido habitual que la proclama del repertorio de tapas cayera en manos del camarero, aunque cada vez más se puede encontrar el listado escrito en pequeñas cartas o en alguna pizarra, de esa forma el camarero ahorra esfuerzos en la voz y la elección se hace mucho más ágil. En Andalucía la gente suele sentarse -si puede en las terrazas, para tomar el fresco-, mira el repertorio de tapas y espera a que el camarero se dirija a ellos para tomar nota. La comodidad es indiscutible y los clientes tienen tendencia a hacer, si se da el caso -que suele ser así-, las varias rondas de tapas en el mismo bar.

En Salamanca la cultura del tapeo es bastante diferente y estresa algo más que en Andalucía. Los bares difícilmente colocan mesas fuera del local, por lo que la gente debe consumir en el interior. Si los bares no son grandes, pronto se ocupan todas las mesas -sobretodo a media tarde- y se debe consumir de pie o en la barra. A todo ello se suma la costumbre de que los camareros no van hacia el cliente para tomar nota de lo que desea, sino que es el cliente el que debe dirigirse hacia la barra para pedir la bebida y la tapa. A su vez, la gente ha asumido la costumbre de tomar las distintas rondas de tapas en bares diferentes, evitando repetir y estar mucho tiempo en el mismo lugar. La comodidad al consumir se reduce así por el constante cambio de lugar, el papel activo del cliente a la hora de pedir, la habitual aglomeración de gente en un espacio cerrado y la posibilidad de tener que tomarse algo de pie.

Ejemplo de las distintas tapas que podemos encontrar en los bares.
Foto NOMADERS.COM


Y ante esta imagen del cliente, de pie y rodeado de gente, volvamos a la idea del concepto "tapa". Prueben conmigo. Cojan una copa, llénenla de agua y beban. Seguramente con una mano tendrán más que suficiente. Ahora suelten la copa y cojan un platito que tenga una rebanada de pan. Si quieren pegarle un mordisco al pan es tan sencillo como aguantar el plato con una mano y llevar el pan a la boca con la otra. Ahora viene lo bueno: con una mano cojan la copa y con la otra el plato. ¿Con qué mano cogen la rebanada de pan que hay encima del plato?

La solución es bastante sencilla y se encuentra con facilidad al querer morder algo: coloquen el plato encima de la copa "tapándola" y entonces podran coger el pan con la mano que les queda libre. Ya saben lo que dicen: "el hambre aviva el ingenio". Que gran verdad.

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